Cuando observamos detenidamente nuestro entorno vemos a personas consideradas ancianas y a veces sus miradas perdidas nos hacen preguntarnos ¿qué estarán pensando?, si se sentirán solas, asustadas, tristes o perdidas.
Otros probablemente ni siquiera lo harán, buscarán la causa de esas miradas que consideran vacías en la edad, la vejez, y las justificarán con el hecho de que ya son “abuelos o abuelas” y ya no tienen edad para divertirse ni para amar sino solo para cuidar a sus nietos si los tienes y en algunos casos incluso, les inculparán por su soledad, por no haber formado una familia, por no haber tenido descendencia.
Por ello, desde estas líneas os invito a que hagáis un paréntesis para darnos cuenta de que esas personas son valiosas, han vivido la mayor parte de su vida y gozan de una inigualable experiencia, han pasado por cambios y avances socioculturales, tecnológicos, políticos y sobre todo vivencias personales tan bruscas que ni ellos mismos muchas veces son conscientes de haberlas tenido.
Sin embargo, en ocasiones se muestran bloqueados y no saben expresar ni tomar la iniciativa, aunque quieran seguir aprendiendo y viviendo nuevas experiencias.
Quizás sus inquietudes se resuman en la hermosa y bella tarea de ser abuelos y abuelas, de pasar tiempo de calidad con sus nietos, pero ejerciendo como tales no como padres o madres y la responsabilidad enorme que ello conlleva.
Todos ellos mujeres y hombres, arrastran su historia. Quizás algunos no pudieron dispensar una atención plena a sus hijos o quizás no pudieron ser padres. Pero todos y cada uno de ellos son dadores de vivencias.
No os perdáis su historia contada en primera persona, nosotros llegaremos a ejercer no sólo de abuelos sino con toda seguridad de bisabuelas o bisabuelos, tengais descendencia o no y seguro que querréis compartir vuestra historia de vida.
En el acelerado día a día que vivimos no nos queda prácticamente tiempo para nada, mucho menos para prepararnos para la vejez o para lo único cierto de nuestra existencia: la muerte. No dedicamos tiempo para reflexionar y pensar que un día todos pasaremos por esa experiencia bien en nosotros mismos o bien por la marcha de alguno de nuestros seres queridos.
Para estar preparados y tener una existencia más plena, existen métodos y técnicas de acompañamiento y entrenamiento que te ayudarán a expresar sentimientos y emociones, a encontrar salidas y a dar respuestas a tus preguntas, sensaciones y preocupaciones diarias.
Una vez nacemos lo único seguro es que vamos a morir. Ocupémosnos de tener una buena “Calidad de vida hasta el último día”.
#ConMayorVoz
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